La tecnología de pantalla táctil ha sido indispensable durante años. Ya sea el teléfono inteligente, la tableta PC o la pantalla táctil industrial. Operar una superficie o activar diferentes funciones deslizando y deslizando ha sido un gesto cotidiano común de la mano durante años.
Fabricantes como Samsung presentaron las primeras patentes para pantallas sensibles a la presión ya en 2014 (ver fuente). Este nuevo concepto operativo permite al usuario operar un dispositivo móvil no solo con los gestos habituales de los dedos, sino también ejercer entradas verticales con presión. Dependiendo de la fuerza con la que toque la pantalla con el dedo, se realizan diferentes funciones.
Un sensor mide la intensidad de la presión
Las pantallas táctiles sensibles a la presión generalmente tienen sensores que pueden medir y transmitir la fuerza de un toque. Las tabletas gráficas que se operan con un bolígrafo, sobre el que también se ejerce presión, también funcionan de manera similar, por ejemplo, para cambiar el ancho de línea.
En el caso de una pantalla táctil sensible a la presión, por ejemplo, esta función se puede utilizar para equipar botones virtuales con diferentes comandos, dependiendo de cuán diferente se presionen. Tales funciones ahora se pueden encontrar en muchos teléfonos inteligentes o pantallas de navegación de numerosos fabricantes de automóviles. También hay controles virtuales para tablet PC portátiles equipados con esta tecnología en el sector industrial.